La segunda jornada de la Mostra de Venecia, comienza con la proyección de las dos primeras película que participa em la Sección Oficial de la 65ª edición.En primer lugar, inaugurando la Sección Oficial a concurso, se presentó el último trabajo del aclamado director japonés Takeshi Kitano, 'Aquiles y la tortuga', una cinta que muestra el sueño de Machisu (Matisse en japonés), un pintor que desde la niñez antepone la pintura a todo lo demás, incluso a su propia vida, para alcanzar el sueño inalcanzable del arte.
En segundo lugar se presentó, también en la Sección Oficial, 'Jericó' de Christian Petzold, protagonizada por Nina Hoss, Benno Fürman y Hilmi Sölzer. Es una cinta alemana que narra la historia de tres personas solitarias y perdidas tropiezan en un encuentro profético: Thomas, jóven y fuerte, ha sido expulsado del ejército de manera deshonrosa. Ali, un hombre turco de negocios y personalidad afable, ha vivido tiempos duros pero ahora su preocupación principal es asegurarse de que los empleados de sus cafeterías no lo engañan. Laura, una mujer atractiva con un pasado oscuro, parece encontrar el refugio en las sombras de su matrimonio a Ali. Thomas, Ali y Laura se vigilan el uno al otro y mantienen sus secretos a salvo. Ellos quieren el amor, pero también la seguridad. Ellos se consideran independientes pero lo que desean sólo puede ser alcanzado por la traición.
Otros títulos importantes que se proyectaron ayer fuera de concurso, fueron el esperadísimo documental 'Valentino: El último emperador' del estadounidense Matt Tyrnauer, dedicado al extravagante diseñador italiano, en el que crea un retrato íntimo, maravilloso y cómico de su vida y su trabajo. Además, Valentino, acudió a la presentación del film acompañado de algunas de sus modelos fetiches y grandes actrices de Hollywood que le admiran, como Gwyneth Paltro, Uma Thurman o Claudia Schiffer.
Y en la Sección Orizzonti, lo último del iraní Abbas Kiarostami, 'Shirin', protagonizada por Juliette Binoche, Mahnaz Afshar y Niki Karimi. La cinta está basada en un cuento medieval y es un homenaje al cine hilado a través de los rostros de 112 mujeres, que reaccionan sentadas en una butaca de cine. Y es que Kiarostami, afirma que "siempre me ha fascinado el público, incluso en un partido de fútbol. Sin ellos no hay espectáculo. Entran al cine juntos, pero ven la película por separado y cada uno de ellos tiene una visión diferente en su cabeza".
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