Festivales de Cine: 4ª Edición Fotogramas en Corto

Ayer se dieron a conoce los títulos de los 13 cortometrajes finalistas en la 4ª Edición de Fotogramas en Corto, organizado por la revista de cine. Entre los finalistas se encuentran el ganador del Goya al Mejor Cortometraje de Ficción de la pasada edición, "Salvador" de Abdelatif Hwidar y el último cortometraje del multi-premiado Daniel Sánchez Arévalo, "Traumalogía".
La clausura se celebrará el 3 de marzo, dónde se darán a conocer los nombres de los dos ganadores.

Aquí os dejamos la lista de finalistas, así como la sinopsis de cada uno de los cortos, extraídas de la web de Fotogramas en Corto, dónde además, podréis verlos.

LIMONCELLO, Tres historias del Oeste de Borja Cobeaga, Luis Alejandro Berdejo y Jorge C. Dorado.
Por su diseño de producción, por su puesta en escena y por ser tres cortos de tres pesos pesados al precio de uno. Un candidato al Oscar; un director de Kevin Costner... El mejor western de 2007.
TRAUMALOGÍA, de Daniel Sánchez Arévalo.
Por su impecable factura, por su reparto en estado de gracia coreografiado con maestría, por su guión sin fracturas. Porque no desafina, y por su química. Daniel Sánchez Arévalo no ha olvidado cómo se hacen los cortos. Y así le salió su primer largo.
ELENA QUIERE, de Lino Escalera.
Por la portentosa interpretación de Marta Belenguer que nos cuenta mil cosas con solo mirarla. Por su sutil realización y su perfecta fotografía. Porque nada le falta, y nada le sobra. Porque Escalera ha dado con el tono preciso para narrar una historia mucho más compleja de lo que aparenta.
EL ANÓNIMO CARONTE, de Toni Bestard.
Por su incuestionable encanto, por su indiscutible calidad cinematográfica, por estar a la altura de la película a la que homenajea, por ser el cortometraje documental de 2007, Toni Bestard merecía repetir final en Fotogramas en Corto.
LUDOTERAPIA, de León Siminiani.
Por saber cómo mostrarnos que en cada esquina puede haber escondida una sonrisa. Por una idea genial rodada como merecía, funcionando como un reloj suizo al que el realizadorLeón Siminiani le ha dado la cuerda justa. Porque gusta a la primera vez, y a la décima.
LAS HORAS MUERTAS, de Haritz Zubillaga.
Por saber llevar la tensión hasta sus topes. Por dejarte pegado a la butaca. Por un impecable montaje, un perfecto diseño de efectos de sonido y una realización de libro. Porque Zubillaga sabe rodar, y lo demuestra en cada plano.
SUBIR Y BAJAR, de David Planell.
Por su interpretación al filo. Porque duele con tan solo verlo. Porque nos hace chocar de bruces. Porque pocos planos pueden contarnos tanto como este. Porque David Planell sabe ponerse en su lugar y mostrarnos solo lo que debe. Por su verdad, y por su respeto.
PASEO, de Arturo Ruiz Serrano.
Por su factura, por su poesía. Porque su director, Arturo Ruiz Serrano, ha escrito un guión perfecto. Porque todos tenemos algo en esas colinas. Por José Sacristán. Básicamente, porque este es, sin discusión, uno de los mejores cortometrajes de este año.
VIOLETA, LA PESCADORA DEL MAR NEGRO, de Marc Riba y Anna Solanas.
Por saber hacer de lo desagradable un mundo de atracción; por saber crear un universo único y vivo que nada tiene que envidiar a las primeras piezas de los mejores animadores, buenos representantes del género en esta final.
SAVE THE WORLD, de David Casals-Roma.
Por su honestidad y sencillez; porque los cortometrajes pequeños pueden ser tan grandes como los mejores largometrajes. Por contar con un gran guión. Porque deja un gran sabor de boca, y, sobretodo, porque todos queremos cambiar el mundo.
SALVADOR, Historia de un milagro cotidiano, de Hwidar Abdelatif.
Por su factura, por su fotografía. Hwidar Abdelatif firma un cortometraje de impecable puesta en escena que colecciona premios por donde va, de Asia al Goya. Por su valentía, porque no deja a nadie indiferente.
DIENTE POR OJO, de Eivind Holmboe “Salmón”.
Por la excelente dirección de actores, que saca lo mejor de Fele Martínez, José Ángel Ejido, Jordi Vilches o Aida Folch, por su portentosa puesta en escena, técnica y su magnífico montaje, el cortometraje de Eivind Holmboe está entre los mejores.
LA FLOR MÁS GRANDE DEL MUNDO, de Juan Pablo Etcheverry.
Por su espléndida banda sonora, por la narración de José Saramago, por su magia, por ser el mejor cortometraje de animación en plastelina del año, este corto no podía no estar en la final del mejor y más completo festival de cortos.